Seguridad y Justicia / Justicia y Reinserción

Servicio Penitenciario
Bonaerense

El sistema carcelario de la Provincia es el más grande del país. Cuando llegamos muchas cárceles no tenían candados, no había colchones y la población carcelaria vivía en condiciones precarias de encierro. Las cárceles eran universidades del delito.

Para dejar esto atrás y que los vecinos vivan más seguros, pusimos en marcha la primera Reforma Integral del Servicio Penitenciario en democracia.

Removimos a la cúpula del Servicio Penitenciario y pusimos el mando a cargo de civiles. Realizamos una evaluación de todo el personal y apartamos a los que hacían las cosas mal. Renovamos las autoridades y por primera vez en la historia, una mujer obtuvo el rango de Directora General ocupando uno de los cinco lugares de la cúpula del Servicio Penitenciario Bonaerense.

Empezamos a trabajar en la infraestructura penitenciaria, con obras que suman 2.923 plazas. Además, sumamos seguridad y vigilancia. Creamos un Centro Integral de Monitoreo que funciona las 24 horas. Pusimos 850 cámaras fijas y 160 cámaras domos en 30 unidades penitenciarias de la Provincia e implementamos un sistema de videoconferencias junto a la Suprema Corte de la Provincia, para evitar los traslados y posibilitar la declaración de los internos ante la Justicia.

También aseguramos la provisión de alimentos, la cobertura de salud y que cada detenido contara con un colchón. Entregamos 31.302 colchones y hoy el sistema de racionamiento alcanza al 51,6% de la población penal.

Además, aumentamos la oferta académica y laboral. En comparación con diciembre de 2015, incrementamos un 70% la cantidad de internos que se educan y un 103% los que acceden a cursos de capacitación laboral. Ya son 10.400 los internos que trabajan. También pasamos de 51 talleres laborales a 388 en funcionamiento y creamos 7 unidades agroproductivas.

También construimos la Unidad Modelo para Jóvenes Adultos en Campana para internos entre 18 y 21 años y estamos construyendo una unidad femenina en Lomas de Zamora que tiene un avance del 90%. En estas unidades establecimos condiciones de ingreso y permanencia y trabajan agentes especializados en jóvenes adultos.

Los próximos desafíos son avanzar en la construcción de obras que permitan descomprimir las cárceles e incorporar nuevas pulseras para prisión domiciliaria.

En relación a la reinserción social de los detenidos, además de ampliar el Programa de Unidades Modelo, los desafíos serán elaborar un Plan de Abordaje Integral del detenido, y fortalecer y ampliar la capacitación del personal dedicado a Asistencia y Tratamiento. También crear un programa de Agente Penitenciario Modelo que mejore la formación inicial, ofrezca incentivos y asegure la profesionalización y continua capacitación del personal.

Finalmente, es necesario crear un Sistema de Inteligencia Criminal y un nuevo sistema de comunicaciones de los internos hacia el exterior.

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